Nos preparamos para el otoño
Aunque los días se acortan y las temperaturas descienden, la nueva estación viene cargada de regalos y nos permite, entre otras cosas, encontrar más tiempo para comenzar el viaje hacia nuestro interior.
A nuestro alrededor va habiendo cambios importantes y si nos adaptamos a ellos va a ser más fácil afrontar el invierno.
Es hora de reforzar nuestro organismo y prepararlo para estos cambios.
En la medicina oriental, el otoño, está asociado al Reino Mutante del metal que corresponde al pulmón/intestino grueso. Cuando el pulmón está equilibrado hay una correcta eliminación y evacuación de residuos corporales y un fortalecimiento del sistema inmunológico. De su bienestar y de su funcionamiento dependerá la el wei qi o energía defensiva. Si por el contrario la energía del pulmón está débil nos podemos estancar en su sentimiento asociado: «la melancolía», por eso muchas personas se quedan estancadas en recuerdos, nostalgias, ánimo bajo, ansiedad, falta de concentración, insomnio.., Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que busca siempre el equilibrio, pero necesita cuidados específicos para adaptarlo a las nuevas condiciones y que no nos pille desprevenidos.
Entramos en una época de transición donde nuestro yin crece y nuestro yang decrece llevándonos a una retracción y al recogimiento, a la calma. Si estamos bien caminaremos hacia nuestro interior, pero sino es así nos resfriaremos con mayor facilidad, podemos tener tos, obstrucciones nasales, sudoración, desequilibrios en la piel.. Por falta de capacidad de reaccionar y defendernos de las agresiones externas y nos sentiremos más vulnerables, sensibles y melancólicos
Remedios
Medicina tradicional china
1 Primer alimento, la respiración. La respiración impulsa a la energía por todo nuestro cuerpo, fortalece los pulmones y el sistema inmunológico.
Intenta buscar un lugar tranquilo con buena temperatura donde te puedas sentar a respirar un mínimo de 5 minutos. Lo ideal es hacerlo nada más levantarnos, pero sino es así hazlo a lo largo del día.
La respiración la haremos de la siguiente manera:
Nos sentamos o en una silla o en el suelo, la espalda recta y despegada de respaldos o paredes, hombros relajados y manos apoyadas en el regazo y cerramos los ojos.
La respiración la haremos de la siguiente manera:
Nos sentamos o en una silla o en el suelo, la espalda recta y despegada de respaldos o paredes, hombros relajados y manos apoyadas en el regazo y cerramos los ojos.
Al principio nos costará no pensar en nada o que los pensamientos que aparecen fluyan como si de un fotomatón se tratara. Intentemos concentrarnos. En eso consiste el entrenamiento de la respiración, al principio nos costará, pero no hay que dejarlo, hay que conseguirlo. Seguro que con la práctica irás consiguiendo no pensar en nada y alargar los tiempos. Esto hará que tu ritmo de vida se calme y que veas las cosas de otra forma.
Intentemos centrarnos en la respiración mientras tomamos despacio aire por la nariz hasta llevarlo al abdomen, hacemos una pequeña pausa y comenzamos a soltar el aire de nuevo por la nariz más despacio de lo que lo hemos cogido.
2 La Alimentación ha de ser sana y equilibrada, natural evitando todos los conservantes, colorantes y preservantes que podamos.
Frutas/os, verduras y alimentos de temporada, caldos o comidas calientes, evitar las comidas frías y si vas a ingerir alimentos fríos toma un consomé o té antes de comer.
- El sabor picante, que podemos encontrar en algunas raíces como los rábanos, en verduras como cebollas, cebolletas, puerros y en condimentos como el jengibre o la mostaza o la pimienta, tonifican estos órganos, ayudando a fluidificar y expulsar las mucosidades que a veces se acumulan en ellos.
- Vegetales, sobre todo los de color blanco: coliflor, cebolla, ajo, puerro, patatas, acelgas, nabos, calabaza… También las setas, las reinas del otoño, que estimulan la función del sistema inmunitario y van bien para evitar los resfriados en invierno.
- Semillas oleaginosas: sésamo, lino, pipas de girasol, pipas de calabaza.
- Los cereales como granos completos como el arroz integral, la cebada y la avena.
- Las legumbres como las lentejas, los garbanzos y la soja.
- Pescado blanco y azul.
- Huevos, a ser posible biológicos.
- Carnes magras con moderación: pollo, pavo, ternera.
- Alimentos fermentados como chucrut, miso, kombucha, o kefir. Apoyan su función inmunológica y probiótica.
- Frutas de otoño, como uva, granada, mandarina, manzana .
- Plantas aromáticas como orégano, perejil, tomillo, romero, salvia.
- Como la sequedad es el factor climático relacionado con el otoño y los pulmones también será muy importante tomar té o agua a temperatura ambiente.
3 Masajea los siguientes puntos a diario, durante un minuto cada uno.
Meridiano de intestino grueso o Qu Chi. Flexionando el codo, al final de la línea que forma el pliegue. Es un punto especialmente indicado para despejar el calor de los pulmones, calma la tos y regula la presión arterial. Con el dedo pulgar de la otra mano presionamos este punto durante un minuto de la siguiente forma: mientras soltamos aire mantenemos el dedo apretando sobre el punto, cuando soltamos aire soltamos el dedo para que no lo apriete, volvemos a tomar aire mientras apretamos y volvemos a soltar cuando soltamos el aire. Al ritmo pausado de nuestra respiración y empezando siempre por el lado izquierdo y luego pasamos al lado derecho para repetir la acción.
Zusanli (36E), tonifica el Qi (la energía) y la sangre, refuerza el sistema inmunológico y el sistema digestivo.
Este punto se encuentra a cuatro dedos por debajo de la rótula y pegado a la tibia tal y como indica la fotografía.
Este es el segundo punto que debemos masajear de la misma manera y durante el mismo tiempo que el anterior, recordando presionarlo al soltar el aire y soltándolo al tomar el aire.
Lo haremos de la misma manera, con el dedo pulgar y primero en la pierna izquierda y después en la derecha.